Según cuentan J. Hoberman y Jonathan Rosenbaum en Midnight Movies, libro-visión de la contracultura de los 70, el Charles era un cine de New York que Walter Langsford y Ed Stein convirtieron en una forma de expandir, multiplicar las ideas de programación de películas. Entre sus más geniales propuestas estaba la pantalla abierta: cineastas amateurs, estudiantes de cine, directores jóvenes acercaban sus películas para ser exhibidas sin preselección. Entre los que tuvieron sus primeras proyecciones públicas en el Charles gracias a esta idea fueron Brian de Palma, Néstor Almendros, Paul Morrissey, Robert Downey y Fred Baker.
Recientemente, el Día de las películas familares convocó desde una propuesta similar: abrió la pantalla del Centro Cultural Rojas para que cualquiera pueda llevar sus películas familiares, caseras para ser exhibidas públicamente. Un nuevo ciclo en Centro Cultural Pachamama (Argañaraz 22, entre Estado de Israel y Pringles, Villa Crespo) sigue estos mismos pasos: los que quieran proyectar su material podrán hacerlo de 20 a 21 horas, previo aviso o no, durante los cuatro próximos miércoles. Además, acto seguido, cada uno de esos miércoles habrá una programación ecléctica pensada para estimular los más variados sueños y pesadillas. Para más información de este ciclo, visitar este blog.
Ahora habrá que ir por más y proclamar un Día de las pantallas abiertas, para que la anarquía en la programación se apodere por fin de todas las salas.
Recientemente, el Día de las películas familares convocó desde una propuesta similar: abrió la pantalla del Centro Cultural Rojas para que cualquiera pueda llevar sus películas familiares, caseras para ser exhibidas públicamente. Un nuevo ciclo en Centro Cultural Pachamama (Argañaraz 22, entre Estado de Israel y Pringles, Villa Crespo) sigue estos mismos pasos: los que quieran proyectar su material podrán hacerlo de 20 a 21 horas, previo aviso o no, durante los cuatro próximos miércoles. Además, acto seguido, cada uno de esos miércoles habrá una programación ecléctica pensada para estimular los más variados sueños y pesadillas. Para más información de este ciclo, visitar este blog.
Ahora habrá que ir por más y proclamar un Día de las pantallas abiertas, para que la anarquía en la programación se apodere por fin de todas las salas.
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