lunes, 26 de abril de 2010

Gricklemania


Estoy atravesando una etapa bibliófila, no lo puedo negar: este fin de semana me empalagué con un libro de una de mis editoriales favoritas, Dark Horse, llamado The Book of Grickle de Graham Annable, alguien que cuenta entre sus créditos haber trabajado para Chuck Jones, Walt Disney, George Lucas, ser uno de los talentos detrás de los storyboards de Coraline y ser virtualmente famoso en YouTube por su Grickle Channel. Les dejo una muestra arriba de una sus animaciones para que clickeen en su mundo y, tal vez, comiencen una etapa de adicción por sus cortos de nonsense minimal (todavía yo no salgo de esa etapa adictiva, aviso que se pone difícil la cosa, piensen bien antes del click). Y, como dice Jeff Smith en la introducción del libro, tengo sólo dos palabras: Space Wolf.

viernes, 23 de abril de 2010

La vida imita al porno


Acá pueden ver un video de cuando Almodóvar era fan de enfrentar al mundo con el rouge y la bijou al taco. Era otra época de su vida, los cutres años 80, cuando aún le daba por escribir sus crónicas femenizado como Patty Diphusa, superstar del porno en formato de fotonovelas y películas en Súper 8. Las sexópatas páginas camp de la Diphusa fueron reeditadas por Página/12 y, recordando su esplendor, escribí una nota para el Soy sobre ese libro. Copio abajo un fragmento de la nota, y acá la tienen toda.

"... el Frankenstein femenino de Almodóvar es un Oscar Wilde con las tetas de Mae West, que se roba la peluca plateada de Warhol y se la asegura con los alfileres de gancho de Nancy Spungen, para salir a 'follar' sin límite de velocidad. Por eso, por su calidad de compendio sublime del camp asqueroso y sexópata, las páginas de Patty Diphusa se pueden leer hoy como el mejor manual de la mala educación para que resurjan las locas revolucionaria, las anarco-maricas, esas que de cualquier baño hacen una tetera gozosa, que tienen el poder de resucitar al chongo borracho y la manía de estar divinas aunque las hayan hundido hasta el cuello donde el barro se subleva; esa loca de antaño, que cada vez está más tapada por la lógica de lo gay fashion, de la asimilación social de la disidencia sexual. 'Lo peor de ser una chica libre es que los demás no lo son', escribe Patty."

martes, 20 de abril de 2010

Monster Inc.


Ya deben conocer a Mike Ontry, el monstruo verde que dio nombre al single de Go Neko!, que luego se multiplicó radioactivo en la tapa de Una especie de mutante, su primer disco, y siempre escolta a la banda en cada explosión escénica de su kraut que avanza como una camioneta colorada prendida fuego. Bueno, el viernes pasado en el show del Konex, se sumaron otras especies de mutantes para tocar panderetas y demás percusiones en medio del extremista ritmo cósmico de Go Neko! Uno de los nuevos monstruos adherido fue una bestia peluda impresentable que usa un canguro de Ramones, hace headbanging arrítimico y tiene la misma sutileza musical que una licuadora tratando de moler a un chihuahua. Es lo que hay.
En la foto tomada por Nat Motorizada, aunque no vean la cara, el Peta mira, mientras empuña su guitarra, a los tres inadaptados como si se tratara de un freak show: eso es lo que fue y será.
Por su parte, los Go Neko! esa noche la rompieron, como pasa siempre que sus instrumentos hacen un eclipse lunar. Lo que se dice un recital astronómico.

miércoles, 14 de abril de 2010

La grande illusion


A boca de urna, les aviso que una de las candidatas a ganar el premio al hit del Bafici es Le roi de l'évasion de Alain Guiraudie. Ya lo avisé dos veces, pero por las dudas, para convencerlos un poco más, les copio abajo el texto extendido de la presentación del Foco de Guiraudie publicado en el catálogo del festival. Todavía pueden ver todas sus películas; acá están los horarios de cada una. Tercer aviso: después no se quejen.

La gran ilusión
Desde un lugar marginal, absolutamente refractario a influencias cinéfilas directas, Alain Guiraudie fue construyendo la persistencia de una visión que se escurre entre el paisaje abierto por su obra. Y ese paisaje tiene un emplazamiento preciso, el sudoeste francés, tierra natal de este cineasta de Aveyron, ubicada en la región conocida como Mediodía-Pirineos, lo que explicaría ese sol omnipresente en sus películas. Y así el cine de Guiraudie patenta esa abertura luminosa que profundiza su impronta diurna para que soporte enrevesados relatos de sueños lúcidos, porque la consciencia del que sueña es esencial para su estética. No se trata sólo del sueño surrealista como liberación de una libido alucinatoria o del juego narrativo onírico que mezcla imaginación y realidad; se trata también de un permanente desafío de la búsqueda del camino que descontamine los modos cinematográficos de soñar. Porque de Luis Buñuel a David Lynch muchas imágenes y códigos fueron establecidos como convenciones de los soñadores fílmicos, pero Guiraudie huye de esos tópicos como del cine y la cinefilia de sensibilidad urbana. Por el contrario, en sus películas hay algo de seguir soñando con una venturosa y renovada revolución agraria, donde se desarrolle un intercambio distinto de la experiencia de la modernidad. Esa revolución, en tanto quiebre social, económico, estético y sexual (es decir, de todos los regímenes de la realidad), recorre toda la obra de Guiraudie para tramar una suerte de plan de evasión a otros parámetros, tal vez con valores precapitalista; y el puntapié inicial de esta idea está en Ce vieux rêve qui bouge: el cierre de una fábrica, espacio por excelencia del capitalismo, es preámbulo de los largometrajes de bandidos rurales de Guiraudie. Entre bosques, montañas y praderas, los distintos personajes de estas películas tratan de encontrar otra lógica para los intercambios, para las relaciones, para los sueños. Y así se crean experiencias excéntricas en los parajes campestres, donde todos son fugitivos, porque el deseo fluye tanto como el sueño, y nadie puede ser leal traicionando la lógica cambiante de su deseo. Y por eso, justamente, es que el espíritu libertario (en versión algo risueña, hay que decirlo) se hace espacio luminoso en las películas de Guiraudie, porque hay plena claridad de que todo deseo es una fuga permanente fuera de la ley. Y con esa certeza hay que vivir y soñar para poder celebrar sólo las ilusiones que parecen reales, parafraseando a letra de “Pretty Vacant”, canción de Sex Pistols que se escucha en Pas de repos pour les braves. Y tal vez esa imagen diáfana propia del cine de Guiraudie sea la que hoy mejor consiga hacer que el efecto cinematográfico sea esa misma ilusión real.

domingo, 11 de abril de 2010

Lengua del zombie


Ya lo había advertido Rafael Cippolini: "Los zombies están devorándose la historia (sus estéticas y conflictos)." Por eso, como manotón de ahogado, sumé a mi biblioteca un nuevo libro sonoro de idioma: How To Speak Zombie. A Guide for the Living de Steve Mockus y Travis Millard, San Francisco, Chronicle Books, 2010. Altamente recomendable, tiene diez frases, con su correspondiente pronunciación, que te ayudan a pedir un café, alentar a tu equipo, comprar en el shopping, ir a la playa o al gimnasio y comer cerebros, entre otras cosas que un zombie civilizado no debe dejar de hacer para progresar entre los muertos vivos. Acá tienen información y una muestra gratis en inglés (la segunda lengua del zombie, como es sabido). Ya estuve haciendo algunos ejercicios, casi se puede decir que pasé el primer nivel de idioma, pero en estos días que estoy ocupado por el Bafici, tuve que parar un poco.
Ahora, como verán en la foto, dejé el libro bien custodiado en un estante de mi biblioteca. No vaya a ser cosa que me lo afanen porque algún zombie se pasa de vivo.

miércoles, 7 de abril de 2010

Rapidísimo en el aire


Guía rápida para elegir unas diez del Bafici que te hacen volar.

Tony Conrad: DreaMinimalist de Marie Losier
Si no ven la maravillosa historia del hombre que cocina películas y hace bailar un violín en pijamas, entonces todavía no conocen al cuco de la vanguardia alegre.

Exhausted de Kim Gok
Esta Corea del Sur futurista (pero en Súper 8) contiene un par de sexópatas revolcados en el barro. Mucho cuidado porque salpica.

Putty Hill de Matt Porterfield
El Baltimore trash y adolescente de John Waters sin el camp pero con un raro camino marcado por una especie mutante de docuficción. ¡Hay (ay) Paintball!

Le roi de l’évasion de Alain Guiraudie
Los hombres más lindos del mundo están entre los paisajes rurales de Guiraudie. En esta comedia onírica, el gordo protagonista está que se parte. Si sólo pudiese estar en sus sueños...

Countryside 35x45 de Evgeny Solomin
Campesinos rusos van a renovar el pasaporte soviético y un fotógrafo los tiene que retratar. ¡La primera vez que un trámite se convierte en una obra de arte! Hay una mala noticia: el comunismo no pudo erradicar a la gente que baila muy mal en los casamientos.

We Don’t Care About Music Anyway... de Cédric Dupire y Gaspard Kuentz
Oriente es el sonido del futuro libérrimo. Escuchen esto: ruidismo nipón para llenar tu cabeza de noise. Qué ponjas barderos.

Femme Rock Doc de Denise Elphick
El género de la felicidad: ¡punk de chicas! Las Ladies Ramonas chilenas la rompen mal. Las bandas Niña con frenillos y Besos con Lengua se zarpan.

Prisoners of the Ground de Stella van Voorst van Beest
Una teoría de la luz relacionada con el tango finlandés. Suena raro y lo es. Pongan en una licuadora a Discépolo y Kaurismäki, dejarlo reposar diez minutos y servirlo frío. Les juro que hay karaoke tanguero, un zoo de estatuas de chatarra y una figura de cera tamaño natural de un pelado que parece que fue el Gardel de Finlandia.

Petropolis de Peter Mettler
Planos aéreos por el paisaje canadiense donde se explota un petróleo mezclado con arena. Con la entrada incluye el viaje de ida más vertiginoso del festival: ecología lisérgica, nada más sano. El humo de los pozos parece que te coloca más que una buena chala. Fumate esta.

Wound Footage de Thorsten Fleisch
Found footage destructivo o cómo romperlo todo, sin dejar en pie ni lo analógico ni lo digital, para degenerarlo en un mismo flujo que aturde en sólo seis minutos. Y el caos nunca fue tan sucio y luminoso.