viernes, 23 de abril de 2010

La vida imita al porno


Acá pueden ver un video de cuando Almodóvar era fan de enfrentar al mundo con el rouge y la bijou al taco. Era otra época de su vida, los cutres años 80, cuando aún le daba por escribir sus crónicas femenizado como Patty Diphusa, superstar del porno en formato de fotonovelas y películas en Súper 8. Las sexópatas páginas camp de la Diphusa fueron reeditadas por Página/12 y, recordando su esplendor, escribí una nota para el Soy sobre ese libro. Copio abajo un fragmento de la nota, y acá la tienen toda.

"... el Frankenstein femenino de Almodóvar es un Oscar Wilde con las tetas de Mae West, que se roba la peluca plateada de Warhol y se la asegura con los alfileres de gancho de Nancy Spungen, para salir a 'follar' sin límite de velocidad. Por eso, por su calidad de compendio sublime del camp asqueroso y sexópata, las páginas de Patty Diphusa se pueden leer hoy como el mejor manual de la mala educación para que resurjan las locas revolucionaria, las anarco-maricas, esas que de cualquier baño hacen una tetera gozosa, que tienen el poder de resucitar al chongo borracho y la manía de estar divinas aunque las hayan hundido hasta el cuello donde el barro se subleva; esa loca de antaño, que cada vez está más tapada por la lógica de lo gay fashion, de la asimilación social de la disidencia sexual. 'Lo peor de ser una chica libre es que los demás no lo son', escribe Patty."

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