viernes, 21 de mayo de 2010

El gran DT


La barba del Diego, su felicidad indisimulable de ser el DT de la selección y el homoerotismo que lo circunda una y otra vez, son las razones que me van a obligar a ver cada intervención de Argentina en el próximo mundial, por más lejano que esté del mundo del fútbol. Aunque, claro, los cantitos de las hinchadas siempre me conectaron y me emocionaron, porque me parecen himnos del sentimiento descontrolado (el vómito emocional de todo el mal en el discurso sin ninguna censura). No quiero hacerme el políticamente incorrecto, es que la guarrada, la lengua en la mierda, es algo que me conmueve: cómo la boca puede besar el horror y hacerlo rimar. Y ahora, para colmo, la hinchada le canta a Maradona que lo ama por ser fiestero. Uffff, no saben como me pone eso, me hace arder la piel, ya tengo quemaduras de tercer grado. Es que mis fantasías maradonianas son cada vez más incendiarias.

miércoles, 5 de mayo de 2010

El laberinto del aura


Hace tiempo que quería escribir sobre la relación con Jorge Luis Borges (¡qué leído que estoy, ni yo me reconozco!) que se teje en la obra de Fabián Bielinsky. Es que, con sólo dos largos y un corto, Bielinsky dejó huellas de un crimen imperfecto y sigiloso, el perpetrado por el relato en la encrucijada del cine y la literatura. Todavía nadie lo había explorado, pocos se atrevieron incluso a nombrarlo. Traté de ser un detective algo estricto, serio en mi primer acercamiento a una de las escenas del crimen, El aura, último aliento cinemático de Bielinsky. El resultado de la pericia lo pueden leer en este libro en pdf, editado por Fipresci, que repasa la primera década del siglo XXI del cine argentino.