viernes, 14 de enero de 2011

I was a Teen Wolf


"Muchacho Lobo en la madrugada, despierto aún,
iluminado por la luna azul."
107 Faunos
Viernes pasado, trasnoche de humedad y lluvia tropical, Pura vida con toda, toda La Plata metida adentro (que en esta época del año no es mucha gente). Javi Punga soltaba esas canciones que me hacen aullar cuando terminan, me vuelvo una bestia subnormal gritona. Cuando acabo uno de mis deformes alaridos de gratitud, Gasto, que estaba atrás mío, se me acerca y me dice: "Sos Muchacho Lobo". Ufffff, quedé desarmado, fue el mejor piropo que alguien me dijo. Después Gasto tocó con una formación anárquica de los faunos (como son y serán, por suerte, todas sus formaciones). Empezaron con Un montón de miedo; fue un comienzo memorable. Ayer me desperté queriendo gritar esa canción, puede que haya soñado con ella, pero olvido mis sueños agradables y sólo retengo las pesadillas. Puse el cd y grité esa canción y, como no pude resistir la tentación, seguí con todo el disco al taco, mientras me desgarraba la garganta para hacer honor al piropo de Gasto. Era temprano y creo que desperté a todxs mis vecinxs que todavía dormían. Nadie vino a reclamar nada, tal vez están agradecidxs, o deberían estarlo, no siempre se levanta unx con tan buenas noticias musicales.

lunes, 10 de enero de 2011

Araña la tumba


Me di cuenta de que nunca había leído un cómic de El Hombre Araña, y eso era muy raro. Especialmente, porque el personaje siempre me atrajo, desde que lo veía volar en uno de los dibujos animados que más disfrutaba en mi infancia hasta que escuché la versión de Ramones de la cortina de ese mismo dibujo o la alusión al arácnido en una de las mejores canciones de Los Planetas. Incluso, me gusta bastante la (por ahora) trilogía de Sam Raimi y su adaptación cinematográfica de las aventuras de Peter Parker y su versión enmascarada (el pico de la saga es la segunda parte y la siempre increíble performance cartoon de J.K. Simmons). Entonces, en los papeles, traté de empezar por una historieta que me gustase: elegí una buena tapa y un gran título, Night of the Living Ned!, juego de palabras que alude a la película de George A. Romero de 1968, veinte años antes del cómic en cuestión (últimamente tengo una obsesión creciente por el mundo zombie y aledaños). El juego con esa película seminal sobre muertos vivos continúa dentro de la historieta, pero además de la narración claustrofóbica del primer Romero, dibujos y textos se dan varias vueltas por otros territorios, tantas como es posible en unas pocas páginas autoconclusivas, aunque el cómic pertenece a un crossover. La cuestión es que del terror zombie pasa a la ciencia ficción, de la narración psicológica alucinatoria al género de superhéroes, de la supremacía por el poder masculino a la emancipación feminista. Todo en el microcosmos de un departamento de pocos pisos, con una New York colapsada, postapocalíptica, y dos personajes perdidos en una acción mutante que no tiene más lógica que la confusión de los sentidos. Cuando termina, el que parecía ser el Hombre Araña, que hacía las veces de héroe devenido villano, finalmente no es el arácnido de traje casi azulgrana. Porque al final de la historieta uno se da cuenta de que hay mensaje: que se defiende una realidad que no necesita de superhéroes; por lo tanto, el Spectacular Spider-Man que promete la tapa no existe nunca entre las páginas, era sólo producto de una suerte de accidente monstruoso. Terminé de leer el cómic un poco mareado, pero satisfecho de ese molino de papel que me descolocó con la misma sutileza que lxs historietistas que más me gustan. Pero como el héroe no aparece, al final me sorprendí volviendo al punto cero de mi aventura, como en un loop: cuando cerré la revista me di cuenta de que nunca había leído un cómic de El Hombre Araña, y eso era muy raro.

sábado, 8 de enero de 2011

Minas dandys


Oscar Wilde, el dandy decimonónico más pop, vuelve más trans: ahora cuatro mujeres de la entreguerra le hacen el aguante: Baronesa Elsa von Freytag-Loringhoven, Djuna Barnes, Florine Stettheimer y Romaine Brooks. Ellas, todas, desafiaron a su época tanto o más que el esteta irlandés, y confundieron sus obras con sus biografías, como el dandysmo proponía como nueva forma de intervención crítica al objeto artístico, al mundo del arte, a la estética plastificada de los museos. En esta nota del suplemento Soy, a partir de un libro de Gloria G. Durán, hago una introducción a la versión femenina del dandysmo. Pero, si quieren más, tienen la tesis de Durán, de unas 737 páginas en pdf, para leer durante el verano y saber más sobre las biografías de cuatro dandys que escaparon a la normalización genérica.
Y un poquito más de Wilde por acá.