martes, 8 de marzo de 2011

Gremlin 3D



Soñé que se juntaban los fabulosos TNT y nos cantaban a mí y a mi novio Gremlin.

No puedo con él, no hay manera, mi novio Gremlin es una pesadilla, fue creado para el mal, aunque por eso mismo lo quiero tanto. Fuimos juntos a ver Piraña 3D, la mejor película de esta temporada, y él también se puso contento, tanto que ni siquiera le pintó el bajón al recordar la versión de su padre, Joe Dante. Creo que se identificó con los peces carnívoros, ancestros de la cadena involutiva de criaturas como él, que viven devorando todo, carcomiendo hasta los límites de su propia clase, la B, que ya avanzó a mordisco limpio hasta jugar en la A, y ganar cualquier torneo en la primera de cambio. Es que, justamente, es especialista en el cambio, nada se pierde, todo se transforma en Gremlin. Y ahora, cada vez que trato de ver una película en mi netbook, especialmente cuando me pongo retro y bajo una de los gloriosos 80, él viene con sus anteojos de tres dimensiones, que se los choreó en la función de Piraña, para que me deje de nostalgia y lo acompañe al cine, a la gloria de la pantalla gigante, porque los placeres hay que dárselos a lo grande. Hedonista salió. Y hoy, mientras miraba Muchacho Lobo, se apareció con un clon pequeño (ver foto arriba), que dice que es su hijo. De hecho, el niño me dice "Mamá", y yo, que no esquivé nunca el bulto, acepto el rol con orgullo, y si bien no me acuerdo cuándo lo parí, sé que ser madre no es sólo cuestión de parir. Lo que sí espero es que no le dé por querer que lo amamante, porque tengo los pezones sensibles como para tolerar que me succione un gremlin bebé. Eso sí, debo acordarme de no darle de comer después de medianoche.

1 comentario:

Nacho dijo...

Ni de darle un baño!