miércoles, 9 de febrero de 2011

Satana Superstar


Hace poco más de dos meses Laura Ramos, en su impecable y estimulante columna dominical de Clarín, me citaba por unas líneas que escribí sobre Tura Satana en una nota que publiqué hace más de dos años sobre las películas de Russ Meyer. El sábado, por desgracia, se nos fue redepente la heroína más guerrera, la Pussycat por excelencia de busto, caderas y mirada, Tura Satana. Y la bailarina oscura en la claridad me hizo derramar un par de lágrimas dulces. Me pasa, y cada vez más seguido, me estoy poniendo melancólico y pelotudo: me siento viudo de personas que sólo vi desfilar por un par de películas, y tal vez no las veo en movimiento desde hace años, lustros, décadas. Mi enfermedad es la cinefilia (o "cinéfilis", como decía Andrés Caicedo), y no tiene cura, ni tratamiento. Y me parece que es degenerativa (se sabe que todo lo relacionado con el cine se deforma en/por/con el tiempo). Para evitar que ustedes también lloren, les dejo mi traducción (apurada) del fragmento de John Waters donde nombra a Satana en el capítulo 11 de su (temprana) autobiografía de 1981 Shock Value: un pequeño réquiem risueño para la más temeraria de las actrices. Y si llegan a lagrimear con este texto de Waters, avisen, porque me serviría de consuelo (sabría que alguien está más enfermo que yo).

"Tras veinte años de ser el máximo fan de Faster, Pussycat! Kill! Kill!, traté de localizar a su estrella, Tura Satana, para averiguar cómo era su vida por estos días y cómo se sentía por haber estado involucrada en semejante obra maestra. Finalmente conseguí su teléfono de Los Angeles y decidí llamarla. Una niña atendió el teléfono y cuando pregunté por Tura, me sorprendió oir a la pequeña diciendo 'Espere', y gritar 'Mami'. Después de tantos años fantasiando sobre la vida de la más perversa de las pussycats, estaba shockeado al darme cuenta de que Tura Satana era, después de todo, sólo una actriz. Nuestra entrevista fue corta pero dulce.
Tura me explicó que actualmente estaba trabajando como enfermera y atendía el consultorio de un médico. Notando mi sorpresa frente a su cambio de carrera, se rió y acotó: 'Los pacientes no se portan mal conmigo, al menos'. Me aclaró que Tura Satana es su verdadero nombre, y traté de imaginarme esa belleza pechugona en un traje de enfermera con un prendedor en el bolsillo delantero que dice 'Enfermera Satana'. Ella era una estrella popular del buslesque y recuerda que 'eso mantuvo mi buena figura'. Tuvo el papel en Pussycat porque su agente la sugirió a Russ, sintiendo que ella 'estaba perfectamente modelada para ese personaje', con el condimento añadido de 'saber karate'. Tura nunca ha visto ninguna de las películas de Russ excepto 'esa en la que estoy', y agrega al pasar que ese film 'ni ayudó ni perjudicó mi carrera'. Ella también actuó en Irma, la dulce, Who's Been Sleeping in My Bed, Astro Zombies y The Doll Squad.
Tura tiene buenos recuerdos de Faster Pussycat... y de sus otras dos cinematográficas hermanas en el crimen, pero no sucede lo mismo con la actriz que interpretó a su víctima. 'Esa era la típica maleducada de Hollywood. Nunca llegaba puntual a nada. Me enfurecía con ella a tal punto que necesitaba descargarme partiendo un durmiente de la vía con un golpe de karate.' Del protagonista tiene recuerdos más terribles: 'Uffff, esas escenas de amor eran actuación pura. ¡Ese tipo era un tarado de gimnasio y tenía mal aliento!'
La opinión de la señora Satana sobre ser una estrella de culto haría dudar a cualquier aspirante actual de actriz: 'Cuando la película se estrenó, todos los que la vieron querían pegarme. Recibí un montón de cartas de tipos que querían tirarme toda la mierda que tenían dentro.'"

2 comentarios:

Gustavo dijo...

¡Excelente post! ¡Viva Satana! como le cantaron alguna vez los Babasonicos. Supongo que habrás escuchado esa canción; sino te recomiendo que lo hagas.
Un excelente tributo que mantiene a flor de piel el espíritu de esta guerrera. "Kinky, nasty roba el show de striper y arranca mil hurras ¡Viva Satana! ¡Viva Satana!"

Pd. Yo también derramé al igual que vos lágrimas dulces cuando me enteré de su partida.

Abrazos, Gustavo.

Diego Trerotola dijo...

Gracias, Gustavo. Y sí, conozco la canción, ¿a quién no se le cayó la baba sónica por ser o tener la tetona?
Tu blog promete. Por lo que comentás de la televisión, en mi caso tengo épocas, algunas más extremas que otras, ahora no miro ni cuando ceno o almuerzo, este año todavía no vi nada de tele. Y casi todo el año pasado no tuve cable ni antena exterior, lo que implica que se ven apenas dos canales más o menos bien, pero reubicando la antena cada vez que cambio, y los otros dos que se logran ver, la imagen no llega a ser más que una deforme cantidad de impulsos electrónicos en un aparato fuera de timing tecnológico (mi tv no es plasma, ni pantalla plana, ni siquiera de este siglo). Igual, aclaro que no estoy en contra de la tv, a veces me cuelgo y miro, más bien frivolidades, programas humorísticos y en vivo, que es lo mejor, lo más chatarra y divertido para ver. También, cuando engancho, me gusta ver tenis por tv. No sé, eso, pero igual la fauna televisiva me divierte bastante.
Saludos,
dt