miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Fin de fiesta?


No hay seguridad de que sea el final definitivo, pero al menos es una primera despedida. El ósculo hirsuto, de golpe y porrazo, dijo chau a quienes seguimos las aventuras de Funes, el poeta pelado, bigotudo, panzón y peludito, enamorado (como yo) de Cornelio, daddy encantador. No me pasó nunca eso de compartir amante con un personaje de historieta, pero siempre hay una primera vez para la alucinación erotómana impensada. Tal vez sea la última (disculpen que esté pesimista). Aunque tengo la posibilidad de leerlos cuantas veces quiera, los voy a extrañar bastante, porque ya no los sentiré vivos: revisar sus viñetas será como ver fotos viejas. Tras la palabra fin, desconcertado, le hice una entrevista a Guibu, el titiritero detrás de las hilos de la historia de este amor (como no hay otro igual) que comenzó con una depilación perianal (una poda alrededor del agujero del culo, si prefieren) y termina con una cita a Borges, Jorge Luis. Y me atrevo a decir que para mí esta historieta fue como un Aleph anal. Tomá mate.

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