viernes, 19 de octubre de 2007

Oh, oh, oh


En Vancouver, entre mi hotel y las salas centrales del Festival Internacional de Cine, tenía que pasar obligatoriamente por una galería llamada extrañamente Oh My Godard (nombre que en el contexto del festival de cine sonaba mucho más absurdo). El logo de la galería hacía todo más terrible que el juego de palabras del nombre; la "o" de Godard era una aceituna rellena de morrón y pinchada por un escarbadientes. A través de la vidriera de la galería se podían ver las obras del nivel más horrible: cuadros seudoWarhol de Al Pacino, Steve McQueen y Marlon Brando, copas de cóctel imitación vitraux, más cuadros con dibujos de diseños publicitarios seudoingeniosos con dibujos de frutillas y aceitunas antropomórficas, con bracitos y pies. Toda esta asquerosidad junta, según investigué en internet, pertenece a la autoría de Michael Godard, conocido como el "Rock Star del Mundo del Arte". Ni idea de su existencia, aunque se autopromociona como el artista-americano-más-vendido. La biografía en su sitio oficial comienza de la siguiente manera: "Oh, my God...ard! These are usually the first words out of peoples' mouths when they view Michael Godard's artwork." Increíble.
Este tipo, que se viste y posa como un extra recargado de un videoclip malo de Europe, tiene una vida compleja, con problemas familiares, intentos de suicidio y otras vivencias dolorosas que lo llevaron a convertirse en un artista sensible, según informa un video que podría ser parte del programa de Peter Capusotto. También según el video documental, Michael Godard dejó el camino de las drogas gracias a que descubrió su "talento natural" para el dibujo y el arte. Visto y considerando sus dibujos podemos concluir que se confundió claramente de camino; incluso, su obra se transforma en una de las mayores apologías de las drogas, si es que la abstinencia te lleva a pintar esas porquerías y diseñar un sitio oficial como ese.

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