viernes, 29 de julio de 2011

Greco puto


Varios testimonios coinciden en que Alberto Greco llegó tarde a la cita con Marcel Duchamp en Nueva York, durante la primavera de 1965. Pero aunque haya sido una performance a destiempo, igual el argentino logró mesmerizar al francés, incluso llegó a ser su amigo. Según el pintor chileno Andrés Monreal, testigo del encuentro, Greco llevaba una “toga de algodón” en el momento de enfrentarse por primera vez con Duchamp y eso le daba un aspecto de “buda tibetano”. Lástima que no existan todavía otros relatos del encuentro, porque es probable que ese particular vestuario haya tenido un sentido distinto para Greco. ¿Acaso esa toga no podría haber sido percibida como un vestido, como un acto de transformismo en homenaje al Duchamp que, desde la década del ’20, se sacaba fotos travestido para construir su alter ego femenino Rose Sélavy? ¿O tal vez Greco, con su barba viril y la toga mujeril, haya querido ser un tableau vivant, versión arte vivo de La Gioconda con bigotes a lo drag king que le había pintado Duchamp?

La nota publicada en el suplemento Soy sobre mi amado Greco sigue acá. Y si quieren ir a ver la muestra de Proa, la información está acá. Mi stencil para Greco se puede ver acá.

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