miércoles, 25 de agosto de 2010

Look Lucchetti


La odisea de dejarme el pelo largo, por primera vez en mi vida, está teniendo algunas consecuencias terribles, especialmente cuando me levanto de mañana y veo mi cabeza convertida en la de una medusa electrificada. El otro día, Romina, la teacher de Norberto, que me vio en ese estado capilar-matinal, me cantó la justa: "Parecés Diana Arroz", lo dijo tratando de contener una risa que se le escapó igual, aunque haya intentado tapar su boca con la mano, porque es una persona educada como para abofetear en la cara a alguien con una carcajada. La verdad no ofende, el espejo me lo confirmaba: con mis rulos desencajados y la mata abultada a más no poder, yo me parecía a la mamá Lucchetti lookeada para su show de Diana Arroz. Y, poniéndome a pensar en las últimas publicidades de la familia Lucchetti, que tienen un éxito rotundo, me di cuenta de que mi parecido tenía un sentido evidente: la familia Lucchetti salió del closet. Sobre todo si miramos sus últimas apariciones públicas: la de The Master of The Sopas, con su estética disco-glam, y la de la imitación a Diana Ross, definitivamente un icono gay a partir de su éxito I'm Coming Out, canción que se parodia en la publicidad. Además, ¡ahora el hijo Lucchetti es patinador artístico! Por eso nadie debería sorprenderse de que Argentina sea el primer país en Latinoamérica en tener la Ley de Matrimonio Igualitario, si la familia televisiva más popular del momento es taaaaaaan gay friendly.

4 comentarios:

Osofranco dijo...

Raul está muy preocupado con tu look.
Cada vez que hablamos de vos, pregunta: ya se habrá cortado el pelo y la barba?
Y agrega, si la próxima vez que lo vemos todavá está así,lo dejamos dormir y mientras duerme le cortamos pelo y barba bien cortito.

A mis 34 comencé a dejarme crecer el pelo; mi excusa era que adhería a los 25 años de woodstock. Fueron 6 años hasta que lo corté. Con la barba sin cortar duré 6 meses.
Cuando llegué al peluquero (con pelo de 6 años y barba de 6 meses) parafraseando a Mafalda mirando su peine al despertarse por la mañana, le pregunto: nervioso?

Besos.

Anónimo dijo...

Fantástica reflexión Dieguito! Ahora sucede algo: quiero una foto de esa situación capilar-matinal, por favor te lo pido.
Beso grande, Leo.

Diego Trerotola dijo...

Queridos míos:
Raul y Franco, no se preocupen, si se trata de dormir con ustedes me arriesgo a dejar que me pasen por las tijeras (y por sus armas).
Leo, sabía que iba a venir la demanda de una prueba de mi estado Diana Arroz, pero sé también que difundir esa foto mía podrá tener consecuencias terribles por los usos que le puedan dar los reaccionarios de siempre: imagino una gigantografía de mi estado matutino-monstruoso en cada iglesia como supuesto ejemplo de la deformación a la que se exponen las personas glbt por estar fuera del closet. Creo también que, incluso, se puede usar mi foto para alertar a la población de los inconvenientes relacionados con los jóvenes que no hayan hecho el servicio militar, pasando a ser nuevamente obligatorio el adiestramiento castrense a causa de una ley promovida por las nuevas generaciones que no querrían terminar con el bocho en tan castastrófico estado. No sé, lo pienso más y veo si merece que el mundo se enfrente con una imagen de ese tenor de espeluznancia (creo que inventé una palabra tan horrible como mi melena batida por la almohada).
Gracias por sus comentarios.
Besos,
dt

boris dijo...

siempre me pregunté si en la coincidencia sintáctica entre castrense y castrar hay algunos motivos -ocultos o no- pero vieron que en la argentina los militares no lucen buenos paquetes?