viernes, 8 de julio de 2011

La coreo de las locas


Gracias al ciclo programado por Raúl Manrupe en el Rojas conocí la película española Diferente, y a través de ella a Alfredo Alaria, coréografo y bailarín argentino del que había visto algunas de sus coreografías en películas locales de los 40 y 50, pero sin nunca haber llegado a identificarlo como el autor de esos cuadros excéntricos. Sobre él, y sobre otras cosas bailables, escribí en una nota del suplemento Soy. Abajo, un fragmento; y el resto, pueden pasar por acá.

Tras una decena de películas en las que participó diseñando estrafalarias secuencias de baile en Argentina, Alaria, que se convirtió en estrella teatral llegando a brillar entre los neones de Las Vegas y en el Lido de París, tuvo su venganza cinematográfica en el exilio español con Diferente (1961), una película protagonizada y escrita por él, donde interpreta a un joven que sueña con ser coreógrafo. La crítica española se pregunta cómo es que Diferente pasó la censura de la época, siendo el único caso de representación de la homosexualidad en el cine franquista comercial. Es posible que parte de la explicación sea que, a fines de los 50 y principios de los 60, hubo una apertura en la cultura española como estrategia de Franco para que su dictadura no quedase tan aislada de los cambios sociales del resto de Europa. Así, por ejemplo, se permitió que el proscrito Luis Buñuel volviese a filmar en España con Viridiana (1960), con su correspondiente orgía travesti-lumpen, que luego sería prohibida, mutilada a causa de sus varias herejías. Pero Diferente sobrevivió sana y salva para convertirse en un hito histórico: sacó al coreógrafo y bailarín homosexual de su lugar lateral, mínimo, para darle el protagonismo absoluto de su propia trama, regisseur de su deseo íntimo.

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