viernes, 7 de mayo de 2021

Recuerdos que huelen a nafta


Estos días se editan en español los diarios de David Wojnarowicz, y acá pueden leer un adelanto exclusivo. Como bonus hice una traducción del primer relato de Recuerdos que huelen a nafta (Memories That Smell Like Gasoline), el libro de Wojnarowicz de 1992, el mismo año de su muerte. Es muy difícil traducir del inglés original este texto por varias razones, principalmente por escribir sin comas, con un fluir narrativo con prosa poética; tal vez por eso no circula mucho en español. Acá abajo igual lo intento, porque me gusta mucho ese libro.


En la deriva y la oscilación 

A veces oscurece aquí detrás de estos ojos me siento como el equivalente físico de un grito. La autopista en la noche en las luces altas de este automóvil acelerando a toda velocidad es el único movimiento que permite que el corazón se desenrede y en el viento de la carretera las casas enmarcadas de dos pisos aparecen una tras otra como un decorado cinematográfico, casas a ambos lados de mi cara se deshacen hacia mí y los árboles proyectan sombras como rayos X caídos a los lados de las fachadas blancas y de vez en cuando algún perro de jardín ulula un ruido silencioso de miedo que se pierde en todo el ajetreo; y una vez antes cuando me sentí así, grité fuerte y largo y odié el sonido de mi propia voz, así que no lo volví a intentar. Odio las autopistas pero amo el exceso de velocidad y solo puedo pensar en cuerpos de hombres y la deriva y el oscilar de mí si el sexo fuera un baile, me arrastraría por ese cuerpo que vi esta tarde del tipo saliendo de la cabina de su camión en el estacionamiento de la parada de micro que parecía medio canadiense y con una camisa de cuello sexy y jeans ajustados y desgastados y un cinturón de cuero grueso y botas y un pliegue en la parte de adelante de su pantalón que dejaba que su pija descansara perezosa y tranquila y antebrazos yo quiero debajo de mi lengua y después de la curva en el puente cuando volví hacia el norte paré en un descanso y se detuvo un camión pasé por delante un poco más tarde y una luz roja rubí parpedeó y una silueta de un hombre en ropa de trabajo salió columpiándose del bar al lado del espejo retrovisor exterior y pasó junto a mí entre un resplandor de luces de coche ya entró al baño. Caminé un rato él nunca volvió a salir finalmente entré y me incliné ligeramente vi sus piernas debajo del marco de una puerta y entré en la de al lado me bajé los pantalones y me senté en el inodoro frío y miré hacia abajo y había un charco de agua entre los dos debajo del panel divisorio y se reflejaba la luz de la lámpara del techo y se transparentaban las baldosas grises cuadradas del piso y mientras lo miraba me di cuenta de que podía ver por esa luz los rasgos de este camionero y el pálido de sus ojos acuoso y la línea de la mandíbula y pómulos y siguiendo los hombros iluminados en la superficie del charco solo uno de sus brazos estaba iluminado y parte de su pecho presionando a través de la remera berreta y bajo sus antebrazos y hasta sus muñecas y el charco se movió un poco rompiendo la imagen en líneas onduladas y fragmentos de luz y cuando su rostro volvió a enfocarse y el agua estuvo quieta contuve la respiración para no perturbar miré alrededor de sus manos dos manos iluminadas desde varios ángulos pedazos de dedos con luces blancas frías y partes de muñecas y todo ello envuelto alrededor de la silueta de una verga dura que agitaba de un lado a otro en el reflejo su imagen por un momento parecía que él estaba flotando al revés debajo de la superficie del piso y yo estaba flotando boca arriba y desde su punto de vista yo flotaba boca abajo y él boca arriba y arriba de la cabina de su camión se quitó los pantalones diciendo no te preocupes por los

policías que siempre revisan

los coches primero

encendiendo sus linternas

a través de cada uno tenemos

mucho tiempo solo para gozar

esto dale gozalo

y poniendo su mano grande

alrededor de la parte de atrás de mi

cuello y presionando suavemente

hasta que mi cara pudiera hacer

el contorno de su

verga en movimiento pude ver

los pelos tenues cubriendo sus

bolas vamos usá tu

lengua mucho más y menos dientes

así más lengua y

menos dientes así de donde

yo vengo hay tres

hermanos que vienen

a mi casa cuando pueden

escaparse vienen por

la noche y les encanta vamos

dale así es gozá

esto gozalo. Sus dedos y rostro se dispersaron en fragmentos de luces