Branquias de tiburón, un doctor marxista, ascensores esféricos, falsas escamas resplandecientes, glam subacuático, pop soviético, carteles de neón de Nobleza Gaucha, gracia ondulante como de sirena y otros hipnóticos delirios visuales en
El hombre anfibio (Chelovek-Anfibiya, Unión Soviética,1962) de Vladimir Cheblotaryoy y Gennadi Kazansky, película inagural del
Bazofi d'hiver, el festival más importante del momento, con programación excéntrica y revolucionaria.
Mi texto sobre El hombre anfibio pueden leerlo en Trauma cinéfilo, donde también respondí al
cuestionario como crítico invitado. Eso y nos vemos en el
Bazofi cualquiera de estos días.
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