• Domingo 30 de septiembre / 16:00 hs. / Sala Polivalente
domingo, 30 de septiembre de 2007
Ventanas
• Domingo 30 de septiembre / 16:00 hs. / Sala Polivalente
viernes, 28 de septiembre de 2007
Fassbinder Freak
jueves, 27 de septiembre de 2007
Dancing Queer
miércoles, 26 de septiembre de 2007
La viva imagen
El odio por los mimos tiene una larga historia. Woody Allen la explicó perfectamente desde el capítulo "Para acabar con los espectáculos de mimo", en su libro Cómo acabar de una vez por todas con la cultura (escrito en tiempos donde la inteligencia y el humor en mezcla milagrosa no era algo extraño en la mente de WA). Tal vez la máxima representación cinematográfica de ese odio casi ancestral está en una de las primeras secuencias de El día de la bestia de Alex de la Iglegia, cuando el cura interpretado por Alex Angulo empuja a un mimo en las calles de Madrid. En televisión, como siempre, Diego Capusotto hizo lo propio para representar la violencia hacia los mimos. Este odio tal vez provocó la progresiva extinción de los mimos en el ámbito urbano, pero como suele pasar, nada desaparece sino que se transforma. Ahora, las estatuas viviente son sin duda las herederas del arte de la pantomima odiosa, prolongando cierta forma de disgusto contemporáneo. Y ya hay signos de odio. En cine, por ejemplo, está la primera escena onírica de Sangre de Pablo César: un grupo de personas sale de un centro comercial y descuartizan a una estatua viviente que está parada en una peatonal. Y en Ciudad de María de Enrique Bellande, el fenómeno del show religioso de la ciudad del título, invadida por el catolicismo, desemboca en una mujer que hace de estatua viviente de la Virgen María, en busca de la limosna de los fieles (el perfecto show hereje, creado por la película, acabó con la intervención policial). Sin embargo, ahora parece que hay una legitimación académica de la estatua viviente: la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales hace un concurso de estatuas vivientes, y según dicen los afiches callejeros, el premio es para el público que asiste al concurso. Nos premian por soportar tanta poca creatividad. Así quieren fomentar el amor y no el odio por las estatuas vivientes, pero lo único que consiguen es generar más desconfianza frente a esta disciplina desagradable.
sábado, 22 de septiembre de 2007
Música en Libertad
viernes, 21 de septiembre de 2007
Levantar la cortina
Espalda rota
lunes, 17 de septiembre de 2007
Ford 1.0
sábado, 15 de septiembre de 2007
Al diablo con Marx
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Osofilia
martes, 11 de septiembre de 2007
Sueños agradables
Ce vieux rêve qui bouge /That Old Dream That Moves, Francia, 2001, 50'.
Jacques es un obrero contratado en la etapa terminal de una fábrica semiderruida, que le confiesa su amor a su capataz pero no es correspondido; paralelamente, otro obrero, un hombre robusto y casado, trata de conquistar a Jacques sin fortuna. En el último día de trabajo se revela que el triángulo de amor bizarro no se concreta. El cierre de la fábrica coincide con el fracaso del triángulo: el fin del mundo del trabajo es el fin del deseo. De esta manera, el film explora una desintegración laboral y sexual, con una tristeza medular, que se transforma en la representación de un microapocalipsis lento sostenido con sequedad y algo de humor que surge de sus planos con cara de póquer. Porque el espacio cinematográfico está moldeado casi exclusivamente con planos generales fijos y distantes, con una insistencia en señalar el fuera de campo, para potenciar la incomunicación entre los personajes. Por ejemplo, el capataz aparece en el filo del encuadre para observar al obrero homosexual y luego se retira sin decir palabra, como si una fuerza extraña lo empujara a salir del plano. Esa escena se repite y genera un suspenso voyeur en el interior de cada encuadre, como si la mirada tratar de encontrar en esa perspectiva que se abre en la imagen alguna señal sentimental de los personajes. No es un detalle menor en la película la acertada inclusión de personajes y situaciones que no circulan en el imaginario gay mainstream y que, además, se propongan ecos eróticos en cuerpos de obreros canosos, gordos, robustos y velludos que rara vez son representados como físicos deseables o sexuados.
La premisa narrativa es sutil y paradójica: un joven sueña que si vuelve a soñar morirá, por eso está condenado a una vigilia eterna para sobrevivir. Pero, para no perder la dimensión onírica, el joven convierte su vigilia en sueño. Así, la película desempolva magia pura para corroborar la gran máxima de Macedonio Fernández: no toda es vigilia la de los ojos abiertos. Y Guiraudie, fiel a su enrevesado universo, escapa a todo lugar común de la representación de sueños lúcidos o relatos oníricos. Por ejemplo, un excelso cover de Pretty Vacant de Sex Pistols se transforma en un remolino sigiloso que en su envión arrastra a un personaje que ve como el mar se traga a su amante, viaja en avión por tierra y acribilla a un pueblito entero del sur de Francia. Todo este descontrol contado con una alegría desbordada, porque ante todo esto es una comedia. Y no hay tristeza ni claustrofobia al estar atrapado por un sueño vivo o por la locura. Porque el hallazgo de Guiraudie es que la demencia se parece mucho a la versión más feliz de la libertad total: una bufa narcolepsia existencialista.
Voici venu le temps /Time Has Come, Francia, 2005, 92'
Guerreros y cautivas, terratenientes y campesinos, todos pasajeros de Obitania, el paisaje rural donde se ubica otro extraño sueño lúcido de Alain Guiraudie. A partir de un realismo anacrónico, mostrando la otra cara del particular estilo onírico desplegado en su primer largometraje, Guiraudie mantiene sus fetiches autorales con una visión tan compacta como intransferible. Entre un nonsense medieval cercano a los Monty Python y una sucesión de encuentros homoeróticos de una virilidad laxa, el guerrero Fogo Lompla se debate entre trabajos por encargo y deseos carnales quiméricos. En Obitania, la economía tiene una lógica tan insólita como el sexo, y todo se disuelve en una trama de intrigas que de tan explicada se torna absurda. Rimamba, uno de los sujetos amorosos del protagonista, dice: “He soñado con una máquina imposible, pero que es posible desde que la soñé”. Eso es el mundo de Guiraudie: una máquina de cazar los sueños posibles más libérrimos e impropios del cine actual.
lunes, 10 de septiembre de 2007
Calle salvaje
Oscar Wilde de André Gide.
Anarchist Sexual Stencil: Parte I
domingo, 9 de septiembre de 2007
Rock cartonero
viernes, 7 de septiembre de 2007
El espía que amo
miércoles, 5 de septiembre de 2007
ASS - Manifesto
Nada entre cuatro paredes
Todo en público
Out of the closet and into the street
Asaltemos Sentidos Sociales
We're here, we're queer
La ciudad del pecado
Contra el cielo
La dicha, eterna y atemporal, no es la recompensa que busca el hombre. No lo diré en voz alta, porque una creencia predilecta del hombre es su apego a esa felicidad que invariablemente desdeña; por eso le conviene creer en una felicidad ulterior: no tiene que detenerse y probarla; puede entregarse a la áspera y amarga tarea que alegra a su corazón; y sin embargo puede encantarse con este cuento de hadas de una eterna reunión social y disfrutar de la fantasía de que él, a un tiempo, es él y es otro, y de que se reunirá con sus amigos, todos planchados y castrados, y sin embargo amables –como si el amor no se alimentara de los defectos de la persona amada.
R. L. Stevenson, Letters, III, 2 de enero de 1886
Life in Hell
Ni planchad@s ni castrad@s: defectuos@s
Queer as Freak
L@s buen@s van al cielo, l@s mal@s vamos a todos lados
Love is in the Air-Spray
Todo es futuro ahora
Have a Gay Day
martes, 4 de septiembre de 2007
ruta réquiem
réquiem. (Acus. de sing. del lat. requies, descanso). 1. m. Composición musical que se canta con el texto litúrgico de la misa de difuntos, o parte de él.
ruta réquiem
Argentina, 2007
Color, 3'
Realización: Diego Trerotola